se van quedando a un lado los sueños, las ilusiones, el hastío va ganando la partida.
Ya no soy aquella, ni la misma.
Sin tiempo para impresionarme, ni juzgarme, sin ganas, sin antojos.
Se va quedando muda la melancolía.
Si buscas en el fondo, te estrellaras con la cruda realidad , algunos le llaman soledad
yo le llamo, LA NADA.
Me canse de entregar sin recibir, me aburrí de creer y ya no creo.
No hay absolutamente nada que me conmueva ahí afuera....
El corazón vive porque se oxigena, se mueve porque hay unos cuantos que dependen de mi para crecer.
Ya no hay intentos, no hay añoranzas, ni perdones (todo lo perdone)
hasta a mi misma.
Si a caso una veta de lo que parecía felicidad, que apenas recuerdo me dibuje una sonrisa.
Después de algún tiempo se acumula el vació...
lo que soy.
Silvia Schöneke.
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